Una Pareja Desapareció Después De Su Luna de Miel En 1994 — 16 Años Después, Su Hotel Fue…

Una pareja desapareció después de su luna de miel en 1994, 16 años después, su hotel fue Carmen Sánchez Morales. Recibió la llamada a las 7 de la mañana del 15 de marzo de 2010. La voz del otro lado le resultó desconocida, pero su mensaje cambiaría todo lo que creía saber sobre la desaparición de su

hermana Rosa.
Señora Sánchez, soy Joaquín Ruiz Flores, supervisor de la empresa constructora edificaciones del Valle. Estamos demoliendo el hotel Marisol en Puerto Vallarta y hemos encontrado algo que podría interesarle. Carmen se incorporó en la cama, el hotel Marisol. Ese nombre había perseguido a su familia

durante 16 años.
Fue el último lugar donde vieron con vida a Rosa Sánchez Morales y su esposo Eduardo Mendoza Herrera en abril de 1994 durante su luna de miel. ¿Qué encontraron?, preguntó Carmen, aunque su voz apenas era un susurro. Una maleta enterrada bajo los cimientos del edificio antiguo contiene documentos

personales con los nombres Rosa Sánchez y Eduardo Mendoza.
También hay fotografías de boda fechadas en abril de 1994. Carmen cerró los ojos. Rosa tenía 23 años cuando se casó con Eduardo, un joven contador de 26 años que trabajaba en una empresa de turismo en Guadalajara. La pareja había ahorrado durante dos años para costear su boda y luna de miel Puerto

Vallarta. Nunca regresaron a casa. ¿Dónde están ahora esos objetos? preguntó Carmen.
Los tenemos asegurados en nuestras oficinas. He contactado con la policía local, pero me dijeron que debía localizar a los familiares primero. Su nombre aparece en varios documentos como contacto de emergencia. Carmen anotó rápidamente la dirección. A los 45 años había dedicado gran parte de su

vida adulta a buscar respuestas sobre el destino de su hermana menor.
Había contratado investigadores privados, presionado a las autoridades y mantenido viva la esperanza durante todos estos años. Dos horas después, Carmen conducía por la carretera hacia Puerto Vallarta. El viaje desde Guadalajara le daba tiempo para recordar los detalles del caso original. Rosa y

Eduardo habían llegado al hotel Marisol el 18 de abril de 1994.
Según los registros, se habían hospedado en la habitación 237 con reservación hasta el 25 de abril. El 22 de abril, el personal del hotel reportó que la pareja no había dormido en su habitación. Sus pertenencias seguían ahí, pero ellos habían desaparecido. La investigación policial inicial había

sido superficial. El detective a cargo, un hombre mayor llamado Bernardo Aguirre Soto, había teorizado que la pareja había decidido irse a otro destino sin avisar.
“Pasa mucho con los recién casados”, había dicho. Cambian de planes sobre la marcha. Pero Carmen conocía a su hermana. Rosa era meticulosa, responsable. Jamás habría dejado sus pertenencias atrás, ni habría preocupado a su familia sin explicación. Además, Eduardo había dejado su trabajo con la

promesa de regresar el lunes siguiente.
Su jefe había confirmado que tenía proyectos importantes pendientes. Las oficinas de edificaciones del Valle estaban ubicadas en una zona industrial de Puerto Vallarta. Joaquín Ruiz resultó ser un hombre de unos 50 años con manos callosas y una expresión seria. La acompañó hasta una mesa donde

había desplegado el contenido de la maleta encontrada. Carmen reconoció inmediatamente el bolso de viaje de rosa.
Era de cuero color café con las iniciales RS grabadas en dorado. Su madre se lo había regalado como regalo de bodas. Dentro estaban los documentos de identidad de ambos, fotografías de la ceremonia, algunos cambios de ropa y un diario personal de rosa. ¿En qué parte exacta del hotel encontraron

esto?, preguntó Carmen mientras examinaba el diario.
Bajo la esquina noreste del edificio principal, aproximadamente a 2 m de profundidad, estaba en una caja de metal, como si alguien la hubiera enterrado intencionalmente. Carmen abrió el diario en la última entrada con fecha. La letra temblorosa de Rosa decía, 21 de abril, 1994. Eduardo está muy

nervioso. Dice que algo no está bien con el dueño del hotel.
Don Aurelio nos ha estado observando demasiado. Eduardo quiere que nos vayamos mañana temprano, pero yo ya pagué por toda la semana. No entiendo qué puede estar pasando. Aurelio, Carmen recordaba ese nombre de la investigación original. Aurelio Vázquez Romero había sido el propietario del hotel

Marisol desde 1985.
Un hombre respetado en la comunidad empresarial de Puerto Vallarta, conocido por su participación en obras de caridad y su membresía en el Club Rotario Local. ¿Sabe si don Aurelio Vázquez sigue vivo?, preguntó Carmen a Joaquín. Sí, vive en una casa grande en el centro de la ciudad. Debe tener unos